miércoles, 25 de noviembre de 2009

Siempre respetadas, nunca maltratadas.

Siempre respetadas, nunca maltratadas.
Laura Hidalgo Cuesta.


Yo esperaba con ilusión este día, me iba a ir a casa de Ramón a comer y a pasar la tarde allí con el. Llego la hora, Ramón y yo ibamos andando camino de su casa, llegamos y tocamos al timbre nos abrio su madre. Su madre era una persona muy amable pero tenía una cosita un poco extraña, en su brazo derecho había un morado super grande como si se hubiera caido o golpeado con algo.
Ramón y yo estabamos en su cuarto jugando a la play cuando de repente se oye una voz grave y enfadada, era su padre, acababa de llegar a su casa y como la comida estaba fría le chillaba y golpeaba sin parar yo intente salir para evitar alguna desgracia, pero Ramón me dijo que seria mejor que me quedara alli si no queria salir herido, yo le dije que llamaramos al 016 pero el dijo que sería mejor que me fuera.
Al salir su padre le estaba golpeando, y yo, yo lo vi, Ramón me intento echar pero yo me quede alli, paralizado viendo como a esa pobre mujer indefensa su marido le pegaba, cuando vi eso me di cuenta del morado del brazo derecho y de que ella era una de las muchisimas mujeres maltratadas y yo tenia que evitarlo.
Ramón me intento echar pero yo le dije que no que yo iba a evitar que pasara algo más grave, me puse en medio, cuando su padre me vio me dijo:
_Si no quieres salir herido de aqui... quitate mocoso.
_No, no señor hasta que usted no deje de pegarle yo no me quitare de aqui -le dije yo muy valiente pero en verdad tenia un tembleque en las piernas que apenas podia contener.
_Vete de aqui te he dicho ya, mocoso mugroso.
Yo no me movi, me quede alli quieto como una estatua, hasta que el hombre me pego un puñetazo en la barriga y me dijo:
_Te lo adverti mocoso asqueroso, como no te quites de ahí ya te las veras conmigo enano.
Yo por mucho miedo que tuviese no pensaba quitarme, entonces él tomó la decision de empezar a pegarme, hasta que Ramón optó por llamar al 016. En cuanto llego el 016 se lo llebaron, yo estaba tirado en el suelo destrozado por fuera, pero feliz muy feliz por dentro por haber salvado a una de las muchas mujeres maltratadas en el mundo. Despúes la madre de Ramón y él me lo agradecieron muy bien y me prometieron que si veian a alguna mujer como ella que llamarían al 016.

Por favor, a las mujeres que sufrais este caso no dudeis en llamar al milagroso número 016.

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