miércoles, 28 de abril de 2010

Creatividad ¿Mala suerte? ¿Buena suerte? ¿Quién sabe?


Aquí pongo mi creatividad, espero que os guste. Aunque si veis una falta o una frase que suene raro no os asustéis, está sin corregir.

Os voy a contar una historia que, al mismo tiempo, sirve de anécdota:

Era un día caluroso de verano, el sol lucía su traje amarillo anaranjado que brillaba y brillaba.

Yo estaba deseando que llegara el sábado para ir a la piscina con mis amigas y pasar un día “de

cine”.

Llegó el sábado por la mañana, yo estaba ansiosa por ir a la piscina, ya estaba vestida, preparada y

a punto para irme pero, de repente, el clima fue empeorando a lo largo de la mañana.

No sabíamos que hacer, pensamos que quizá el tiempo podía cambiar de aquí a las cuatro (puesto

que era la hora a la que quedamos).

Esperamos ansiosos toda la mañana, pero parecía que no iba a acabar nunca así que tuvimos que

cancelarlo.

Yo estaba bastante decepcionada, me hacía mucho ilusión ir a la piscina ya que hace una semana

que nos dieron vacaciones y dentro de poco me iría a Madrid, como todos los años, y me quedaba

poco tiempo.

_Bueno, ya quedaremos otro día_pensé yo.

Me senté en mi escritorio y me dispuse a observar lo que pasaba en la calle a través de la ventana.

Mi ventana daba a una plaza, pequeña pero, al mismo tiempo, graciosa y bonita.

Así me entretuve una o dos horas, luego me puse a leer y, a la media hora, me llamó mi madre.

Yo bajé las escaleras rauda, a toda prisa.

_Hija... ¿me haces un favor?

_Claro, mama, ¿qué quieres?_Dije con desgana.

_Es que... me encuentro un poco mal y te quería pedir que bajaras a por dos barras de pan.

_Vale... me pongo las zapatillas y voy.

_Muchísimas gracias_Dijo mi madre aliviada.

Yo, subí, me puse las zapatillas, volví a bajar, cogí las llaves y salí por la puerta.

Llegué a la tienda, en la calle de enfrente se escuchaba música muy alta y... me pareció ver jóvenes

de mi edad.

Entré, un poco... triste puede ser la palabra.

La chica que me atendía siempre fue amiga de mi madre así que no se cortó en preguntarme que

me pasaba. Yo le expliqué todo lo que había pasado... y que, bueno, estaba un poco afligida por lo

ocurrido.

Ella me dijo que su sobrina estaba celebrando su cumpleaños y que si yo quería podía ir para

animarme un poco, yo acepté y me di cuenta que era lo que había visto antes con música y gente.

Pero claro, me dijo ella que primero tenía que llevarle el pan a mi madre, que me arreglara y que

después fuera a la tienda que allí me recogería su sobrina.

Llegué a mi casa, le entregué el recado a mi madre y elegí mi mejor conjunto.

Bajé y fui a la tienda, vivaracha, saltando de alegría.

En la tienda estaba Irene, la sobrina de la tendera, así, de impresión parecía muy simpática.

Me llevó a su fiesta, todos sus amigos eran muy sociables y me hice amiga de ellos muy rápido.

Allí les conté lo de la piscina y Sonia dijo:

_¿Buena suerte?¿Mala suerte?¿Quién sabe?

Todos nos reímos y nos divertimos mucho esa tarde.

¡Fin!

Paula Alexandra "Alexia"

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